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La contraria

De fachorros y fascistas

Se agradece. De verdad que sí. Ayer entró en el blog el papi de mi Comandanta favorita, Paco, o el comandante Vergara, que será como lo recuerden en la base aérea de Matacán. Militar de carrera, de vocación y de hecho, es una de las personas más cultas que he conocido nunca. A veces me duele no seguir siendo pareja de su hija por que una de las consecuencias ha sido el hecho de que perdiera buena parte del contacto con él.

Pero lo que me ha hecho escribir este artículo no es la persona de Paco -la prueba de ello es que está en la sección de "Sociedad", no en "Mi gente"-. El caso es que el comandante critica un par de cosas que digo, y, como afirmaba al principio, se agradece. Me gustan, como a todo el mundo, las alabanzas. Pero es la crítica constructiva lo que me hace crecer. Empiezo, pues, por agradecer los comentarios. Pero no puedo hacer menos que contestarlos.

Me decía Paco, o eso he entendido yo, que justifico las ablaciones de clítoris en determinadas culturas y que el matrimonio entre homosexuales no es tal, sino  que debemos llamarlo unión. Acababa mi ex-suegro diciendo que no debería utilizar tan a la ligera términos como fascista, homófobo o gilipollas.

Pues bien: lo primero que tengo que decir (reconozco que no quedaba muy claro en mi artículo) es que no justifico la mutilación de los órganos sexuales en determinadas culturas. Es más: me parece una aberración. Lo que decía, y sigo manteniento, es que no podemos criticarla si no la entendemos. Una cosa no quita a la otra. En cuanto a lo de los matrimonios, qué quieres que te diga, Paco, a mí me parece de perlas llamarlos "unión", en lugar de matrimio. Es una cuestión de léxico. En lo que sí entiendo que estaremos de acuerdo es en que está muy bien que dos personas que se quieren convivan y se hagan llamar como les dé la gana; y en que una cosa es esa pareja y otra muy distinta y más peligrosa es que nos encontremos con niños de por medio.

Por lo que respecta al uso de insultos o tacos, o equiparar "fascista" a un insulto, te diré que éste es el estilo del blog, uno de los pocos lugares donde no tengo que morderme la lengua; y que reconozco que se me ha deslizado el léxico con lo de fascista. Evidentemente, no tengo nada en contra de las IDEAS de Fichte o de D’Annunzio, por ejemplo. Es más, algunos de de los puntos, como el orgullo de la nación propia y otros similares y de sentido común son, en la teoría, maravillosos. Luego hay otros que me ponen los pelos de punta, pero no vamos a tratar el tema, de modo que dejémoslo. Todo el mudo sabe que soy apartidista -no soy apolítico porque nadie puede serlo-, de modo que tampoco voy a defender ni atacar a partido (o fascio) alguno.

Lo que ha ocurrido es que, por error, he mezclado churras con merinas, he dicho fascistas donde debería haber dicho fachorros. ¿La diferencia? El fascista sigue una ideología; el fachorro adapta esta ideología para su comodidad, me da igual que lo haga bajo la bandera española, la alemana, la Senyera, la Ikurriña o la de Villaquetempujo de la Torta. Para el fascista, el contrario es el rojo, el progresista y todos los que se acogen bajo este paraguas, a veces por un no vayan a pensar que yo...; para el fachorro, el enemigo es todo aquel que no piense como él. Creo que se empieza a colegir que tenemos fachorros de derechas y de izquierdas...

Sigo: no suelo leer sobre política, ya que no me gusta que mi pensamiento esté condicionado por las ideas de otros, pero te diré que algo sé sobre el fascismo, habida cuenta de que obtuve una muy buena nota en la asignatura de "Pensamiento político contemporáneo". De todos modos, últimamente, la única política que me interesa es la que Séneca propugna en De Clementia, tratado que, no lo dudo, habrás leído. Y las consecuencias del primo del fascismo, el nacional-socialismo, llevan a contradecir al tratado del andaluz. Y ya me estoy metiendo en política, una fobia que comparto con el fascio, de modo que voy a dejar el tema.

Por último, intuyo que crees que abuso de la idea de que la española es una historia y una cultura común de más de treinta siglos. Pues bien: yo creo que abuso en la forma, no en el contenido. Traduzco: a lo mejor, lo que hago es repetir demasiado lo de los tres mil años, pero creo que, en España, todos tenemos un poquitio de sangre fenicia, cartaginesa, romana, sueva, alana, goda, ostrogoda, árabe, celta, francesa, americana, inglesa y qué sé yo de cuantos pueblos más -algún día los enumeraré a todos, sólo por el placer de hacerlo- y eso hay que repetírselo muchas veces a los fachorros que, bajo una bandera autonómica se empeñan en reescribir la historia a su gusto o interés.

Sólo me queda añadir que agradezco este tipo de críticas, que me hacen agitar la materia gris. Como todo el mundo, ¿no?

2 comentarios

dux -

ale así me gusta las cosas actualizadas.... en enero ni más ni menos.... si es que curramos menos.... voy a ver si aparezco por algun lao

Lord B. -

Saludos, hermano:
Una sóla aportación a lo que comentas en este post de uno de nuestros "temas" favoritos: Como dijo un tal Voltarie (por desgracia no puedo hacer una aportación propia tan brillante) "Una palabra en mal lugar estropea el pensamiento más profundo". Hala, con Dios.

Lord Brithuss

PD: Obligaciones urgentes de distinta índole me apartan momentáneamente de la bitácora. En breve nos actualizaremos.